La idea es que, si los colaboradores se sienten felices y realizados en su trabajo, serán más eficientes y tendrán un rendimiento más alto.
Según un estudio de Gallup, los colaboradores altamente satisfechos tienen un 21% más de posibilidades de estar comprometidos
con su labor, lo que a su vez se traduce en una mayor productividad.
Otro estudio de la Universidad de Warwick en el Reino Unido encontró que los
colaboradores felices trabajan el 12% más duro que los infelices.
Estos estudios sugieren que hay una
relación directa entre la satisfacción del colaborador y la productividad.
Entonces,
¿cómo puedes detectar si un colaborador ha disminuido su rendimiento?
Aquí hay algunos consejos:
Presta atención a las quejas de los colaboradores. Si un colaborador comienza a
quejarse de problemas relacionados con su trabajo, es probable que esté teniendo dificultades para ser eficiente.
Observa los cambios en el rendimiento.
Si un colaborador solía ser muy productivo y de repente su rendimiento comienza a disminuir, es probable que haya un problema.
Escucha a tus colaboradores.
Si un colaborador te comunica abiertamente que está teniendo dificultades para ser productivo, debes prestar atención.