Rafael San Román Rodríguez
Psicólogo y Responsable de Contenidos & PR
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¿Existen de verdad las vacaciones ilimitadas? ifeel
“Si no tenemos tiempo para vivir bien sin dejar de cumplir como profesionales, las bonificaciones basadas solo en dinero pierden valor”
Es un concepto (y una práctica) que se está empezando a implantar por parte de algunas empresas, quizá no para toda la plantilla sino para algunos perfiles. Por otra parte, es probable que la palabra “ilimitadas” no sea la más acertada para describir esta distribución del tiempo libre (al fin y al cabo, si las vacaciones fueran estrictamente ilimitadas nadie trabajaría nunca) pero es la que más se acerca.
En cualquier caso el tema está ahí y está captando la atención de cada vez más empleados y managers de Recursos Humanos. A los primeros les interesa por razones obvias: ¿quién no sueña con expandir “ilimitadamente” sus vacaciones? Los segundos se fijan en ello porque gran parte de su trabajo consiste en perfeccionar la manera en que sus empresas pueden cuidar el bienestar de quienes trabajan en ellas.
¿Cualquier empleado podría beneficiarse de un programa de vacaciones ilimitadas en su empresa?
Probablemente no, porque el tipo de tarea que se realiza y la medida en que cada trabajador debe coordinarse con otros influyen mucho en la cantidad de tiempo libre que puede tomarse al año y en la manera de distribuirlo. No obstante, esto no quiere decir que no haya que repensar el formato actual de las vacaciones en sus principales parámetros, porque muchos avances en materia de bienestar laboral fueron considerados imposibles o excepcionales antes de implantarse a gran escala.
¿Y cualquier empresa?
Con las empresas sucede algo parecido. Probablemente muchas, incluso todas, estén preparadas para replantearse la manera que tienen de utilizar el tiempo de sus empleados para premiarlos. Por desgracia, aunque es de lo que más importa, no todo depende siempre de la voluntad de los decisores (altos directivos, responsables de Recursos Humanos…). Las organizaciones están influidas por muchos intereses de diferente tipo, que compiten entre sí y que, cuando la cultura corporativa es más bien conservadora, bloquean los experimentos y los cambios que se hacen para potenciar el bienestar emocional de los empleados.
Precisamente, ¿cuáles son esos beneficios para el bienestar de los empleados de disponer de más tiempo libre a lo largo del año?
El dinero tiene una importancia crucial en nuestras vidas y por eso las empresas lo utilizan como bonificación número uno. Sin embargo, una vez alcanzado un sueldo adecuado, si los empleados no tienen tiempo para organizar su vida de forma realmente satisfactoria sin dejar de cumplir como profesionales entonces las bonificaciones basadas solo en dinero pierden gran parte de su valor.
Por el contrario, disponer de más tiempo (incluso aunque no sea ilimitado) y también de una mayor flexibilidad para usarlo sin perjudicar a la propia carrera profesional ni a la empresa es muy motivante. Esos empleados perciben que la empresa es humana y se preocupa por su calidad de vida, quiere que estén contentos y sabe que pueden estarlo y, a la vez, trabajar bien. Incluso trabajar mejor. Y por eso esos empleados se quedan en la empresa y se implican más en los proyectos. Ambas partes salen beneficiadas.
Tal y como lo explicas, parece todo un plan perfecto pero, ¿las vacaciones ilimitadas pueden tener también sus riesgos?
Los planes perfectos solo existen en la imaginación. En la vida de las empresas y los empleados reales hay que prevenir ciertos riesgos para que las cosas salgan lo mejor posible. Por ejemplo, hay compañías que ofrecen generosas ampliaciones de vacaciones pero solo para aquellos empleados que cumplan ciertos objetivos: no es mala idea, pero hay que evitar que la empresa infle exageradamente esos objetivos, volviéndolos inalcanzables y haciendo que la recompensa sea también inalcanzable. De lo contrario, esa medida resultaría muy desmotivante.
Por otro lado, hay empleados que podrían plantear sus tareas y sus vacaciones de manera muy desequilibrada: voy a trabajar muchísimo ahora, para cumplir los objetivos altísimos que me den acceso a mayores vacaciones. Eso puede tener sentido en algunos casos en que realmente necesitemos más tiempo para algo en concreto pero, ¿es saludable disponer de algo más de tiempo si para ello nos hemos tenido que agotar primero?
Por tanto, desde ifeel creemos que la clave está en plantearse qué necesitan realmente los trabajadores y cuidar de forma global y profesionalizada su bienestar psicológico. En lo que esto tiene que ver con el tiempo de descanso, nuestro consejo es definir bien qué es eso de “vacaciones ilimitadas” y ofrecerlas de modo que no tengan un efecto boomerang negativo ni sobre los empleados ni sobre las empresas.
Rafael San Román Rodríguez
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