El análisis de McKinsey indica que, para adaptar el panorama actual a las necesidades de desarrollo laboral de las mujeres, es importante tener en cuenta
cinco factores
clave: la flexibilidad, con medidas como el ajuste de horarios para poder adaptar la productividad a las necesidades de cada empleado; el uso de ejemplos a seguir, demostrando que es posible llevar un estilo de vida sostenible teniendo un alto cargo; el asesoramiento, impulsando programas para que los empleados aprovechen todos los recursos disponibles para un mayor desarrollo laboral; el salario competitivo, que conseguirá atraer y retener el talento; y el reconocimiento, recompensando a los trabajadores por el buen trabajo realizado.
“Para tener a más mujeres en puestos directivos no hace falta que las empresas lancen muchas iniciativas, sino que se centren en lo que sabemos que funciona: ofrecer oportunidades de desarrollo exigiendo resultados, dar flexibilidad en sentido amplio y apoyar en momentos clave de la carrera profesional, especialmente en ese primer salto a responsabilidades directivas que suele coincidir con la maternidad. Las empresas que tienen ambición, foco de los líderes de negocio e infraestructura logran capitalizar los beneficios de la diversidad”, apunta María del Mar Martínez, socia senior y responsable global de Diversidad, Igualdad e Inclusión (DE&I) en McKinsey & Company.
Estas medidas DE&I no son solo elementos de apariencia para la empresa, sino que son factores clave para las empleadas. El 56%
de las mujeres
considera
que ser reconocidas y recompensadas por su trabajo es el factor más importante a la hora de decidir unirse a una organización o permanecer en ella, mientras que el 53%
de las mujeres
menores de 40 años
estarían más interesadas
en promocionar
a puestos superiores
si vieran que los directivos de sus empresas tienen estilos de vida razonables.
Con respecto a los top performance en diversidad, el estudio pone de relieve que estas compañías cuentan con un 40% de representación femenina en posiciones de alta dirección. Entre las medidas que aplican se encuentra favorecer un entorno de trabajo inclusivo, solidario y con vocación de ayuda en la conciliación laboral y familiar. Un 80 por ciento de las top performance cuentan con horario flexible, 20 puntos por encima del resto.
“Las organizaciones que destacan son aquellas que apoyan no solamente la diversidad sino también inclusión, promocionando de manera consistente una cultura de apoyo que incluya aspectos como el bienestar de los empleados. En este sentido ponen en marcha formaciones específicas para integrar el bienestar entre los objetivos de los equipos”, apunta Amaia Noguera, socia de McKinsey & Company y líder de la práctica de personas, organización y performance en España y Portugal. “Al mismo tiempo, la participación de mujeres en programas de mentoría en las compañías con mayor diversidad es el doble que sus pares, casi ocho de cada diez mujeres- un 78% - forman parte de este tipo de programas frente al 37 por ciento del resto”, señala.