“La Diversidad e Inclusión en todas sus facetas se han convertido en un imperativo clave en BASF. Nuestro objetivo es favorecer un entorno abierto, inclusivo y de respeto mutuo, capaz de atraer y fidelizar al máximo el talento. Un espacio que nos permita sentirnos libres y desarrollarnos hacia nuestro máximo potencial, a la vez que compartimos valores que nos impulsen hacia una sociedad más justa e igualitaria. Solo siendo altamente diversos e inclusivos seremos capaces de adaptarnos a un entorno tan cambiante como el actual y dar así la mejor respuesta. La diversidad nos hace más creativos y efectivos como equipo, y la inclusión, nos asegura que nos enfrentamos a los nuevos retos aprovechando todos los recursos.”
BASF apuesta firmemente por la sensibilización y formación en Diversidad e Inclusión, ¿Cómo formar en diversidad para promover la diversidad e inclusión en BASF?
La formación ha de perseguir tres objetivos: sensibilizar, conocer y actuar. Dentro de las formaciones es muy importante en temas como este que se tome conciencia del punto de partida, de las realidades más allá de nuestras experiencias propias y de las consecuencias de ignorar o desconocer esas realidades. Para entender el porqué hay que analizar la situación, ver las cosas sin nuestras gafas: con hechos, cifras… explorar la realidad, para luego entender que hacer un esfuerzo en este apartado es necesario. Luego hay que aprender, y en ese aprender el primer paso es saber que sabemos y tenemos que desaprender para ser capaces de afrontar esa realidad que hemos conocido. Por eso empezamos con la formación en sesgos inconscientes, muchas personas nos consideramos abiertas, inclusivas, equitativas … pero a la hora de bajar a ciertos detalles nos damos cuenta de que nuestro cerebro funciona con ciertos patrones, por economía de funcionamiento y aprendizaje, y no somos conscientes de ello hasta que nos exponemos a evaluarnos de forma sincera. Identificar cuáles son nuestros atajos fáciles, nuestros estereotipos o prejuicios, nos ayuda luego a cambiarlos por creencias que potencien la inclusión, a pequeña escala, como una actitud ante la vida … para así, después, poder actuar. Al final las formaciones deben tener como último propósito hacer que pasen cosas diferentes, tomar decisiones distintas, pedir nuevas opiniones, incorporar al equipo personas con distinta personalidad o background, atreverse a explorar nuevas soluciones … este es el fin real. Formar para accionar cambio.
Una de las cuestiones que nos planteamos habitualmente en formación, especialmente tras la pandemia, es realizar la formación en formato e-learning y sustituyendo la presencial por el formato virtual. ¿Qué pros y contras destacarías de cada una? ¿Cuál es tu favorita? ¿Por qué?
En esta parte te seré muy clara y pragmática. Cuando se trata de formar en conocimientos técnicos, ambas opciones pueden funcionar. La virtualidad ahorra mucho tiempo, permite que personas de localizaciones diversas coincidan y es un entorno maravilloso, eso sí, con una persona dinamizadora que incorpore diferentes momentos, dinámicas, inputs durante las sesiones. El formato online ha supuesto un reto para captar el nivel de atención y consolidación de los puntos, no obstante, existen fórmulas que funcionan.
Cuando hablamos de entrenar habilidades shift o más aún cambiar cultura, debatir, construir … nada puede sustituir la presencialidad y energía que se genera en el aula, los debates son más participativos, el movimiento físico ayuda a la generación de movimiento en el cerebro y anclajes de momentos que frente a un monitor nunca puedes conseguir. Está claro que en ciertos momentos tienes que balancear el coste/beneficio de hacerlo en un modo u otro. Como digo, apuesto por la presencial y si no es posible, una virtual, pero con alguien al volante de primera línea, que transmita energía por la pantalla y que haga participar.