A medida que la mujer avanza en su carrera profesional en la universidad, es decir que tras su graduación hace un doctorado, es profesora e investigadora y llega a lograr una plaza de catedrática, su presencia es menos representativa. Si analizamos los datos en el ámbito de las STEM: las tesis leídas por mujeres representan el 37%, el personal docente y de investigación (PDI) femenino supone un 30% y las profesionales que han obtenido la plaza de catedráticas son el 23% del total.
Según datos de la ONU, las investigadoras suelen tener carreras más cortas y peor pagadas. Su trabajo está poco representado en las revistas de alto nivel y a menudo no se las tiene en cuenta para los ascensos. La organización internacional expone que las mujeres suelen recibir becas de investigación más modestas que sus colegas masculinos y, aunque representan el 33,3% de todos los investigadores, sólo el 12% de los miembros de las academias científicas nacionales son mujeres. En campos como la inteligencia artificial, solo uno de cada cinco profesionales (22%) es una mujer.
En España, según los datos del estudio sobre la situación de las jóvenes investigadoras realizado por la Unidad de Mujeres y Ciencia del Ministerio de Ciencia e Innovación, el personal investigador
joven está compuesto por un 52% de hombres y un 48% de mujeres, pero ellas abandonan la carrera científica en proporciones mayores que ellos, especialmente en las áreas STEM. El estudio concluye que los ámbitos STEM, sobre todo ingeniería y tecnología, necesitan de más talento joven femenino y que en tecnología e ingeniería se concentra solo un 6% del total de jóvenes investigadoras, algo que se reproduce también al nivel global de estas áreas, ya que sólo son el 7% del total de investigadoras, frente al 15% del total de investigadores. La conciliación se apunta como uno de los obstáculos fundamentales de la carrera científica e influye de manera determinante en la retención del talento femenino.
La rectora de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Eva Ferreira, subraya el notable esfuerzo que la universidad hace para fomentar y alentar la vocación de nuevas investigadoras y para lograr que su carrera profesional sea lo más rica y atractiva posible: "Son necesarias las medidas de conciliación familiar, pero también otras que incentiven que el currículo académico prime la calidad sobre la cantidad, de forma que la trayectoria profesional no sea medida únicamente por la cantidad de resultados en una carrera contra el tiempo si no por su relevancia y su proyección a largo plazo".
Durante la semana de 11 de febrero, gran parte de las universidades españolas se suman a la divulgación con iniciativas para dar más visibilidad al ejemplo de mujeres científicas, alentar las vocaciones femeninas y promover vías de mejora para que éstas encuentren menos obstáculos en su trayectoria.